La psicología empresarial como método de éxito

 Como seres humanos, el manejo de las emociones es fundamental a la hora de enfrentarse a cualquier reto. El trabajo es una de las actividades a las que dedicamos más tiempo en nuestras vidas y por tanto resulta fundamental saber cómo actuar en nuestro día y encontrar caminos para solucionar problemas de manera proactiva y dinámica.

 

 Todo ello hace referencia a nuestra inteligencia emocional, aquella que se basa en cómo gestionamos nuestras emociones y cómo de conscientes somos de ellas. Hasta hace pocos años en psicología, se estimaba que uno de los indicadores que más éxito hacían prever a una persona era su inteligencia racional, para lo cual se llevan a cabo los famosos tests de inteligencia con el objeto de predeterminar la facilidad con que una persona puede resolver problemas. Desde hace años sin embargo la psicología moderna basa parte de su modelo en cómo gestionamos lo que sentimos, ya que las emociones son los principales motores de nuestra conducta (modelo cognitivo conductual).

 

 Por tanto, a nivel empresarial, es más importante saber manejar estas emociones para tener éxito tanto en ámbitos relacionales (es una herramienta imprescindible en perfiles comerciales) como de estructura empresarial (relación con los jefes o subordinados).

 

 Este modelo sostiene que la cultura de empresa, su forma de trabajar y de relacionarnos en ella tiene un entramado que cambia según el sector en que se trabaje. (No podemos usar los mismos códigos relacionales en una empresa de diseño industrial que en una de venta al por menor). Es por ello que el primer paso que debemos dar es conocer cómo funciona la empresa, el tipo de libertad individual que se nos ofrece y sobre todo ser conscientes de cómo nos ven o qué se espera de nosotros.

 

 Los RRHH de todas las empresas basan su búsqueda de talento en aquellas personas que creen pueden adaptarse a los valores de la empresa con mayor facilidad. Si estos recursos humanos están buscando eficacia y rendimiento, es muy probable que contraten a alguien que sea más afín con su forma de trabajar o que tenga una gran proactividad demostrada antes que alguien con un currículum excelente pero que sin embargo sugiera demasiado ego en la entrevista. Esto se debe a que lo que se busca es adaptación antes que la singularidad por encima del resto; alguien que aporte y sepa mezclarse más que alguien con más conocimientos pero que pueda ser un peligro para la armonía del grupo. Se trata de un concepto difícil de explicar ya que hasta hace pocos años, lo que más buscaban las empresas de headhunting era experiencia por encima de adaptabilidad.

 

 La psicología empresarial trabaja por tanto en tres niveles: individual, grupal y organizacional, de manera que todas han de confluir con el objetivo de generar un ambiente de trabajo sano en que todos los trabajadores estén contentos con sus funciones y generar un entorno en que la comunicación pueda fluir siempre desde el respeto pero sin miedo a represalias.

 

 Volviendo a los casos individuales, no sólo debemos gestionar favorablemente nuestros sentimientos, sobre todo cuando afrontamos conflictos laborales o nuevos retos, sino que los expertos recomiendan entablar en la medida de lo posible una comunicación en diagonal con el resto de departamentos, implicarnos en las relaciones y ayudarnos en la medida de lo posible poniendo como objetivo el bienestar propio y ajeno. En ese sentido uno de los errores más comunes es intentar intentar integrarnos con el objeto de conseguir un ascenso o para que nuestra presencia se haga notable ante los jefes. En ese caso estaremos incurriendo en un error, ya que este tipo de comunicación suele resultar en un feedback negativo que no nos hará ningún favor. El objetivo por tanto será establecer vínculos y formar una empatía mutua y no de dependencia.

 

 Al enfocar nuestras emociones hacia metas concretas mantendremos la motivación y seremos más eficientes en nuestro trabajo, además de evitar distracciones que podrían convertirse en obstáculos.

 

 Todo esto nos lleva a la resolución de conflictos, una cualidad que con toda certeza todas las empresas buscan. En ese sentido no estamos hablando sólo de conflictos laborales, sino también ante problemas que puedan surgir en nuestro trabajo. Aunque podríamos pensar que es aquí donde usar nuestra inteligencia analítica para solucionarlos con éxito, lo cierto es que incluso nuestras acciones más racionales están basadas en las emociones, por ejemplo, podemos resolver un problema de la manera más rápida incidiendo en otro departamento, sin embargo en ocasiones el ego y el sentido de la responsabilidad individual nos llevará a intentar resolverlo solos, lo que hará que nos sintamos estresados y probablemente tardemos más en la resolución.

 

 El trabajo en equipo es, por tanto, fundamental en un entorno empresarial saludable, ya que uno de las peores sensaciones que puede tener un trabajador es la soledad ante problemas que puedan surgir o el abandono. Todas las empresas intentan implementar una buena relación entre trabajadores y cada vez más se incentiva una comunicación diagonal entre departamentos y empleados de distintas áreas y posiciones, en contraposición con la tradicional comunicación vertical u horizontal que aún predomina en un gran número de entidades empresariales.

 

 Uno de los ejemplos más recurrentes en cuanto a psicología empresarial es Google, famosa por sus salas de juego para empleados y buenas condiciones laborales. Obviamente no todas las empresas tienen una estructura similar, por ejemplo, no tendría sentido en un hotel implantar una zona de juegos para trabajadores, sobre todo aquellos que estén en atención al cliente ya que se necesita una atención continua y con una imagen empresarial visible en todo momento, por tanto esas empresas deberán buscar estrategias particulares, como pueden ser ofrecer cursos de idiomas gratuitos a sus empleados, invitaciones a sus restaurantes (si los tienen) o bien cursos de ayuda al estrés o mindfulness.

 

 Por tanto las estrategias en cuanto a psicología empresarial que deben contar tanto el trabajador como individuo como la empresa de manera grupal, han de ir enfocadas a su propio bienestar y el de todos los involucrados, de esta manera reforzaremos la eficacia, rendimiento y productividad, un camino que sólo puede conducir al éxito.

inteligencia emocional, mindfulness, psicología empresarial

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