Los cambios tecnológicos que influyen en el derecho

Desde tiempos inmemoriales, la tecnología ha ido cambiando las costumbres y la forma de consumo en los seres humanos. Estos cambios siempre traen consigo tanto efectos positivos como negativos en la sociedad (en la antigua Grecia las mejoras en navegación permitieron llegar a nuevas fronteras pero a su vez extendieron la guerra).

 

En la época actual sin embargo, y debido al florecimiento de las nuevas tecnologías, nos encontramos con una vorágine de cambios a las que el derecho va evolucionando en consonancia. Por ejemplo, las redes sociales llevan más de una década con nosotros y sin embargo la regulación va cambiando según la necesidad, si volviesemos a los comienzos de Facebook por ejemplo veríamos cómo sus términos y condiciones eran mucho más simplistas y poco reguladas, sin embargo hoy en día, sobre todo con la llegada de la nueva regulación general de protección de datos de la Unión Europea que entró en vigor el pasado Mayo se ven en la obligación de aumentar el control que el usuario tiene sobre el tratamiento de datos que la empresa les da y que suponen un respaldo a los derechos de propiedad industrial e intelectual. Esta nueva ley además viene a actualizar y controlar los datos que las empresas manejan de sus usuarios, siendo los usuarios completamente partícipes en ellos.

 

No en vano, esta directiva europea llevaba dos años aprobada y no fue hasta el 25 de mayo la fecha límite para que los organismos públicos, instituciones y empresas se adaptaran a la nueva regulación europea. Cabe destacar que el escándalo de Cambridge Analytica (la filtración masiva de datos de usuarios de la red social Facebook) ha coincidido de manera casual con la entrada en vigor de la directiva anteriormente mencionada, lo que lleva a la necesidad de acortar espacios de tiempo en la aplicación de estas leyes para evitar el mal uso que ciertas empresas pueden realizar sobre los datos que poseen de sus usuarios y evitar que los escándalos como el de Cambridge puedan repetirse.

 

Pero más allá de los datos que utilizan las empresas sobre sus trabajadores, clientes y proveedores, ante la cual la nueva legislación es bastante estricta en cuanto a la claridad que debe darse, existen una gran cantidad de nuevos retos que se amplían a diario en la defensa de los derechos de los usuarios. Precisamente volviendo al caso de Facebook, muchos usuarios han comenzado a notar cómo tras una conversación con amigos en un bar sobre, por ejemplo, algún viaje, la red social les comenzaba a mostrar publicidad sobre ese destino en particular, aún sin haber utilizado en ningún momento el móvil para registrar una búsqueda similar. Esto se debe, sobre todo, a que cuando instalamos la aplicación en nuestro teléfono se nos pide acceso a la cámara y micrófono del dispositivo, algo que muchos usuarios utilizan para enviar fotos o archivos de audio, pero que según parece también conecta según un algoritmo del que se desconoce su funcionamiento para conseguir “snippets” de audio y así ofertar de una manera más precisa según los datos procesados.

 

Pero el derecho tecnológico llega mucho más allá de la privacidad online. Por ejemplo, la nueva moda de los drones en conflictos armados ha llevado a replantear las leyes de derecho internacional humanitario y que pone hincapié en el principio de proporcionalidad, dependiendo distinguiendo entre civiles y objetivos hostiles pero que además cuenta con el factor ético de utilizar una máquina no tripulada en un entorno hostil.

Por supuesto el uso de los drones a nivel particular también tiene sus connotaciones jurídicas, y es que el acceso que proporcionan a lugares privados puede suponer una infracción del derecho de privacidad e incluso pueden suponer una amenaza a empresas.

 

Todos estos nuevos avances tienen una repercusión directa en la propiedad industrial, las patentes son reconocimientos a personas o empresas que realizan creaciones (sean invenciones o no) que les otorga la exclusividad de la misma, así como para su posterior comercialización. Antes de realizar el registro es importante determinar que no exista una patente similar, algo que impediría la protección del mismo. Para ello se puede buscar en bases de datos como la OEPM en España mientras que la EUIPO lo hace a nivel Europeo.

 

Por ejemplo, una de las tecnologías emergentes que más importancia está cobrando en la actualidad es la nanotecnología. La posibilidad de crear elementos microscópicos que traten problemas de salud o dentro de la aeronáutica ha hecho que se replanteen en muchas ocasiones el propio sentido sobre qué es una innovación cuando se utiliza una misma creación a nivel nanométrico. Sus aplicaciones pueden revolucionar nuestro día a día y debido a su carácter novedoso es posible que se deban crear nuevos marcos jurídicos.

 

Los conocidos e-sports también son otro sector en pleno auge y continuo cambio que cuentan cada día con más seguidores y que necesita de una legislación propia debido a sus particularidades, como la retransmisión de contenidos de un modo similar a como se realiza en deportes tradicionales como el fútbol o el tenis. El principal problema es la necesidad de una legislación internacional para las competiciones que se realicen, así como una regularización patente de las organizaciones a la hora de realizar estos eventos.

 

Los cambios tecnológicos cambian nuestra realidad y por tanto necesitamos una modificación legal actualizada. Según los expertos, en los próximos años viviremos una auténtica revolución gracias en parte a los nuevos materiales como el grafeno que permitirán que nuevas tecnologías que hasta hoy parecían de ciencia ficción se hagan realidad, y con ellas un nuevo panorama legal y jurídico.

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