Varios consejos importantes sobre liderazgo
En la vida empresarial la comunicación que llevamos a cabo tiene un significado que puede determinar nuestro éxito profesional, nuestras acciones y cómo las realizamos son un factor imprescindible de cara a mejorar en nuestra carrera. Es por ello que hoy os ofrecemos una serie de consejos relacionados con liderazgo y percepción de cómo nos ven en una empresa.
Hay que tener en cuenta que dependiendo del sector y nuestro puesto, la forma en que nos movamos por la empresa ha de ser diferente, es decir, si la línea editorial de una empresa es la formalidad y el trato con los clientes (comerciales, ejecutivos, etc) tendremos que tener mucho más cuidado que en una cuyo día a día sea más rutinario y calmado que no conlleve mucha comunicación (programadores java, administración interna).
1- Creatividad
Podríamos poner que la confianza en uno mismo y la pasión por lo que uno hace son las herramientas principales que busca cualquier headhunter y damos por hecho que para tener un perfil de líder en una empresa ya contamos con esos dos factores básicos, ya que de otra manera, hagamos lo que hagamos estamos condenados al fracaso. La comunicación y la imagen que damos es primordial y determina muchos más factores de los que vemos a simple vista.
La creatividad algo difícil de encontrar y suele ser uno de los aspectos que más valoran los profesionales. Mostrarse proactivo, con soluciones en situaciones adversas o ideas que pueden ayudar a resolver algún conflicto son sólo algunos de los aspectos que más se valoran. Hay que entender esta creatividad dentro de un contexto de trabajo en equipo, es decir, si queremos vender una idea maestra o solucionar un problema, debemos tener en cuenta al equipo que está envuelto en ella y cómo lo coordinariamos para resolver el problema, si nuestra idea se basa únicamente en nosotros, es muy probable que no la tengan en cuenta o la consideren una forma de llamar la atención, por lo que es muy recomendable estar atento a todos los detalles y priorizar al equipo por delante de ti, demostrando que tu solución no se basa en el ego sino en el éxito de la empresa.
2- Imagen personal que proyectamos
En este sentido da igual la vestimenta siempre y cuando sea pulcra y acorde con el entorno en que se trabaja, hablamos más de la gestualidad y expresividad que emites en este apartado. En los países asiáticos, especialmente en Japón, los trabajadores suelen llevar exactamente el mismo tipo de prendas (camisa blanca, corbata negra), al turista occidental le puede llamar la atención e incluso pensar que se tratan de uniformes impuestos, sin embargo, lo hacen para no destacar unos de otros ya que está muy mal visto vestir de una forma distinta, se considera un intento de sobresaltar e intentar ascender además de mostrar poca empatía por el grupo.
Por suerte la cultura occidental es más relajada en ese sentido, por tanto debemos aprovechar para no llevar siempre los mismos conjuntos y aún sin llamar la atención en exceso, estar siempre pendientes de ir convenientemente aseados y en línea con la imagen de empresa ya que el 93% de la primera impresión depende de nuestra apariencia y sólo un 7% de lo que decimos. Pero además de eso, la imagen que proyectamos se refiere sobre todo a cómo nos comportamos.
El dar la mano es un primer contacto fundamental en cualquier entorno de trabajo tanto para hombres como mujeres. Al dar la mano siempre se ha de focalizar la mirada en la mirada del otro, nunca en las manos u otra parte del cuerpo, mientras que la mano debe estar posicionada de manera casi vertical ya que de otra manera estaremos diciendo que estamos por encima o debajo del otro. A la hora de apretar debemos medir nuestra fuerza, un apretón débil dará una impresión de falta de liderazgo y fuerza de gestión, uno demasiado fuerte y seguro en cambio siempre denotará poca consideración, que estamos ante alguien que no mide dónde está y por tanto, es igual de negativo. Encontrar el punto intermedio es la clave.
Por otro lado nos encontraremos con personas que dan la mano con la palma hacia abajo, casi cubriendo la nuestra. Lo que quieren expresar es que ellos están por encima de ti y hay que tener mucho cuidado con esas personas ya que ese simple gesto nos está diciendo que estamos ante una persona que quiere poner los límites de quién manda o que está directamente por encima, algo no muy agradable incluso aunque sea cierto y que de hecho en comunicación está cada vez más en desuso por la mala imagen que denota sobre todo en los jefes de cara a su equipo.
Más allá de las primeras impresiones están los gestos, algo que debemos aprender a controlar y asumir durante las horas laborales. Mirar a los ojos a alguien imprime confianza con lo que siempre debemos intentar hacerlo ya que de otra manera damos la impresión de estar eludiendo o bien que ocultamos algo. También escuchar y no intentar hablar sin que la conversación permita una interlocución relajada, por tanto tendremos que estar muy atentos a cómo se desarrolla ésta, o bien si la persona con la que hablamos ha adquirido una confianza especial en la que podremos usar expresiones más vulgares o por contra nos debamos limitar a lenguaje formal.
Otro aspecto de las manos durante la conversación es saber utilizar el lenguaje corporal a la hora de expresarnos hasta el punto que muchas veces lo que decimos en realidad lo expresamos con éstas y no con la boca. Por ejemplo, si estamos enfadados y mantenemos un tono de voz calmado, es posible que la forma en que movemos las manos al hablar exprese algo completamente distinto, por tanto debemos mantener los signos lo más suaves y simples posibles ante cualquier situación, lo que el oyente interpretará como confianza y seguridad. Cuando hablemos de nosotros nuestras manos tenderán a moverse hacia nosotros mientras que si conversamos sobre la empresa o alguien en particular es posible que vayan a cualquier lado, es importante que denotemos en esos gestos que queremos expresarnos y no juzgar, abriendo las manos y no cerrandolas en ningún momento. En ese sentido es fundamental mantener un lenguaje positivo y no intentar echar la culpa a otros.
3- Saber delegar cuando es necesario
Es posible que en nuestro puesto no tengamos ninguna carga extraordinaria y que seamos parte del equipo, sin embargo en ocasiones los jefes de equipo tienden a delegar una mayor carga de trabajo en aquellas personas en que tienen confianza. Eso es bueno hasta cierto punto pero debe hacerse con una medida lógica que no nos provoque ansiedad; comunicar a nuestro supervisor que sus tareas pueden ser excesivas o que necesitamos un periodo más relajado nos evitará estrés y pensamientos negativos hacia la empresa o nuestro jefe, que por lo general deberán ser comprensivos siempre y cuando sea cierto que hayan delegado demasiado trabajo en uno.
Por otro lado existe la posibilidad de delegar nuestro trabajo en otros. No siempre podremos realizar las tareas por uno mismo y tenemos que aprender a saber delegar lo que nosotros no podemos hacer en personas de nuestro entorno. Saber delegar es una tarea imprescindible de cara a un buen y fructífero trabajo en equipo, por tanto todo líder debe aprender cómo y cuánto delegar en su equipo sin poner en riesgo la atmósfera y el buen ambiente del mismo.
4- Compromiso y sentido del humor
Aunque pueda parecer que en un entorno formal el sentido del humor puede verse como algo vulgar o que descataloga, se trata de todo lo contrario. El objetivo como líder, aunque no tengas ninguna responsabilidad y seas un trabajador cualquiera, es el de llevarse bien con todo el mundo y tener un carisma especial. Para ello tenemos que sentirnos muy seguros en el entorno en que nos movemos y un buen método para conseguirlo es utilizar un sentido del humor llano y autocrítico. Los estudios aseguran que las personas que saben reírse de sí mismas son vistas de una manera mucho más positiva que aquellas que se ríen de los demás.
El compromiso es otro aspecto fundamental, si lo que quieres es que tu equipo tenga un sentido de la responsabilidad alto has de dar la cara por ellos si es necesario y sobre todo ser el primero en realizar cualquier tipo de tareas que sean necesarias aunque no estén incluidas en las de tu puesto. Esto generará un buen ambiente de trabajo en el que se verá incluso al jefe realizando tareas de campo y habrá una unión mucho más alta con todo el equipo. En ese sentido puedes conseguir que el resto de trabajadores estén más inspirados y con motivación, aunque es importante saber marcar los límites y que estas acciones no hagan que te pierdan el respeto.
Esperamos que estos consejos te sirvan de cara a tu carrera profesional y te recordamos que en PONS Escuela de Negocios contamos con un amplio abanico de cursos formativos que sin duda te convertirán en el líder que toda empresa querría.